JOSE CARLOS MARIATEGUI
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José Carlos Mariátegui |
Se le creía nacido en Lima el 14 de Junio de 1895. Se ignoraba el verdadero lugar de nacimiento porque su madre lo ocultó por motivos personales, derivados de la infelicidad de su matrimonio. Acuciosas investigaciones en los archivos parroquiales de Santa Catalina de Moquegua, hechas por el Dr. Guillermo Ruillón, permitió ubicar su partida de bautismo y aclarar su verdadero lugar de nacimiento. Su madre fue Doña Amalia La Chira, que afirmaba haberse casado con Francisco Eduardo Mariátegui, cosa que no era cierta. Por razones especiales se amparó en esa farsa, pues el tal Francisco Javier Mariátegui y Requejo, natural de Lima. La madre era de Sayán de familias piuranas, establecidas allí donde ejercía separaciones y largos períodos de ausencia del padre. El matrimonio fue muy infeliz, tuvieron muchas separaciones y largos períodos de ausencia del padre. La esposa tuvo que dedicarse al oficio de costurera para sostener a su familia y así se relaciona con distinguidas familias.
La señorita Carmen Chocano, natural de Moquegua, invita a Amalia a radicar en nuestra ciudad; ella accede y tiene la esperanza de una vida mejor al encontrarse abandonada por el esposo. Pero ya se encuentra embarazada de José Carlos, y así el Amauta nace en la Ciudad de Moquegua el 14 de junio de 1894, en una casa de la tercera cuadra de la calle Junín. En su partida de bautizo figura con el nombre de José del Carmen Eliseo; mientras que su madre aparece como viuda y él es declarado hijo natural. Al recibir una carta del esposo que le pide regresar, vuelve a Lima, pero el padre retorna a las andanzas y abandona el hogar. Por ello es que la madre esconde la partida de nacimiento en Moquegua y lo hace figurar como nacido en Lima el 14 de junio de 1895, error que fue despejado en 1973 por el Dr. Rouillón. Pese a todos estos problemas familiares, donde el padre no cumple el papel que le corresponde y dentro de las limitaciones económicas derivadas de la numerosa familia y el humilde oficio de su madre, José Carlos no se deja abatir y se rige como el modelo del autodidacta, del hombre que consigue hacerse a sí mismo.
La debilidad de su cuerpo abatido por la enfermedad, le impide participar en los juegos infantiles como otros niños. No tuvo niñez, porque desde pequeño entró e la lucha por el pan; fu así como a los doce años comienza a trabajar como mandadero de los talleres de un periódico. Pero ya en ese entonces la vida lo había comenzado a golpear, pues a los siete años sufrió un accidente del que salió con el cuerpo lesionado por siempre. Durante los años que estuvo postrado, su cerebro sólo quiere leer ávidamente; leía todo cuanto llegaba al alcance de sus manos, durante el día y la noche, desde entonces, la lectura fue refugio, su distracción. A la edad de 14 años se dedica al periodismo, iniciándose como linotipista y corrector de pruebas en el periódico “La Prensa”. En el periodismo se formó, encontró fe de superación, se educó en la escuela diaria de periodismo, porque el trabajo templó sus nervios, agudizó su inteligencia; tomó conciencia de su responsabilidad y su propio valor. A los 17 años publicó una nota que no firmó, iniciándose como periodista con tres tareas por cumplir indesmayablemente: “Trabajar, Estudiar y Meditar”. Unido a Abraham Valdelomar, Falcón, y Félix del Valle, funda la revista “Colónida”, que tuvo una existencia efímera. Escribió “Las Patadas” y “La Mariscala”. Gana el concurso municipal de literatura con su crónica “La Procesión del Señor de los Milagros”. En “El Tiempo” comenta con agudeza y sin solemnidad la actualidad política de 1918, en una sesión llamada “Voces”; frente a la crisis política de los últimos años del Gobierno Civilista del Pardo, se interesa por nuevas corrientes políticas que descalifican a la vieja democracia. En 1919 surge “La Razón”, en que Mariátegui trabaja por la causa del proletariado; apoya también a los estudiantes universitarios deseosos del remozamiento de San Marcos, hasta que el gobierno suspendió su periódico.
Ese mismo año, el flamante presidente Leguía, que había dado un golpe de estado a Pardo, alegando que se le quería quitar el triunfo electoral, otorgó una beca para viajar a Europa a Mariátegui, cuya pluma le parecía un peligro para sus métodos de Gobierno, encaminados a la dictadura en la llamada “Patria Nueva”. Mariátegui permanece en Europa durante tres años recorriendo varios países donde aprende lo necesario para entender el drama Latinoamericano. Se casó en Florencia con Ana Chiappe. Al volver al Perú, no retorna como el europeizante que mira con desdén las cosas de su tierra, vuelve con el alma abierta para recoger la problemática peruana. En 1923 se aboca a interpretar la realidad peruana, reiniciando sus ensayos de crítica literaria y política, manifestando : “Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”. Su trabajo de investigación de la realidad Nacional le ha conforme al método marxista, del cual se declaró convicto y confeso. De 1923 a 1924, dicta conferencias en la Universidad Popular Gonzáles Prada y funda la revista “Amauta”.
Acuña la expresión “Peruanicemos el Perú” con la que bautizó una sección de la Revista Mundial, publicada entre 1925 y 1929; allí expresaba: “La capacidad de comprender el pasado es solidaria de la capacidad de sentir el presente y de inquietarse por el porvenir. El hombre moderno no sólo el que más ha avanzado en la previsión de lo que será” Agrega: “El Perú es todavía una nacionalidad en formación; “El Perú actual es una formación costeña” La nueva peruanidad se ha sedimentado en la tierra baja. Ni el español ni el criollo supieron ni quisieron conquistar los Andes”. Sobre la tradición piensa: “la tradición es, contra lo que desean los tradicionalistas, viva y móvil... el tradicionalismo ... es, en verdad, el mayor enemigo de la tradición. Porque se obstina interesadamente en definirla como un conjunto de reliquias inertes y símbolos extintos. No existe, pues un conflicto real entre el revolucionario y la tradición, sino para los que conciben la tradición como un museo o una momia. El conflicto es efectivo sólo con el tradicionalismo. Los revolucionarios encargan la voluntad de la sociedad de no petrificarse en un estadio, de no inmovilizarse en una actitud....”
La sustancial obra de Mariátegui fue producida en su integridad entre 1923 y 1930. En este lapso, Mariátegui publicó “La escena Contemporánea”, 1925, y su obra cumbre “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, 1928, donde analiza el problema del Indio y su explotación, el colonialismo y el gamonalismo, la economía, educación y religión del Perú. Con posterioridad a su muerte publicó “Defensa del Marxismo”, “El alma matinal”, “La novela y la vida”. Su abundante producción de artículos, desperdigada en revistas de la época, principalmente en “El Mundial” y “Variedades” han sido recopiladas en libros bautizados con los títulos dados por Mariátegui a las secciones periodísticas donde se publicaron : “Historia de la Crisis Mundial”, “Ideología y Política”, “Cartas de Italia”, “Peruanicemos al Perú”, “Temas de Educación”, otros. El mal que lo aquejó desde su juventud lo postró en cama, perdiendo sus dos piernas y finalmente el 16 de abril de 1930 fallecía en su casa de la Calle Washington en Lima, antes de cumplir 36 años de edad; en plena juventud y cuando se esperaba mucho de su producción intelectual. Los colegios de Torata y Ubinas y el Instituto Superior Tecnológico se honran llevando su nombre, que también bautizó a la Región Moquegua-Tacna-Puno hasta 1992.
LUIS E. VALCARCEL VIZCARRA
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Luis Eduardo Valcarcel Vizcarra |
Nació en el Puerto de Ilo el 8 de febrero de 1891. Fueron sus padres Don Domingo Luciano Valcárcel y Doña Leticia Vizcarra Cornejo. En 1892, se trasladó con sus padres a la ciudad del Cusco, donde residiría hasta 1930, pasando a establecerse en Lima. Ingresó a la Universidad San Antonio de Abad del Cusco, 1908. En 1909 tuvo gran actividad política como opositor al primer gobierno civilista de Leguía, sufriendo persecuciones y prisión en la Isla de San Lorenzo, después de lo cual se retiró de la política.
Se dedicó a desarrollar una activa labor de investigación histórica, especializándose en la cultura peruana prehispánica, de cuyo estudio es su principal exponente. De su nutrida producción se puede mencionar las siguientes obras: “De la vida Incaica” (1925); “Del ayllu al imperio” (1925); “Guía del Cusco” (1926); “Tempestad en los Andes” (1927); “Cusco: Capital Arqueológica” (1934); “cuaderno de arte antiguo del Perú” (1937); “Cuadernos y Leyendas Incas” (1937); “Historia de la Cultura Antigua del Perú” (1949); “Ruta Cultural del Perú” (1945); “Templos y Ruinas” (1947); “Danzas y Fiestas en el Perú y en los Andes” (1949); “Etnohistoria del Perú Antiguo” (1959); “Historia del Perú Antiguo” (1964), etc. Todas ellas tienen fama internacional, y se han traducido a varios idiomas.
Por su obra, se ha hecho merecedor a numerosas condecoraciones y distinciones como : La Orden del Sol (la más alta del Perú), La medalla de la Cultura, Las Plamas Magisteriales del Perú; La Legión de Honor y las Palmas Académicas de Francia, La Orden del Mérito de Italia, El Aguila Azteca de México; La Medalla de Oro por Estudios Históricos de la fundación Eguiguren, entre otras. La historia incaica tiene en Valcárcel su más alta autoridad contemporánea. Fue su investigador y principal difusor a través de los muchos años que fue catedrático en la facultad de Letras de la Universidad San Marcos.
De esta Facultad fue su Decano y titular de la Cátedras de Historia del Perú-Incas e Historia de la Cultura Peruana. Raúl Rivera Serna dice: “...La obra histórica de Valcárcel supera lógicamente, por su parte documental e interpretativo, a aquellas que sobre el imperio incaico se han publicado anteriormente. El conocimiento del medio geográfico donde se desarrolló aquella cultura, así como su contacto directo con las comunidades aborígenes, herederas de ella, han contribuido en mucho a ello....”.
Falleció en Lima el 26 de diciembre de 1989; Ilo rinde homenaje a su hijo, bautizando con su nombre al moderno local del centro cultural. Fue un excelente investigador histórico que llegó a desempeñar la cartera del Ministerio de Educación entre 1945 a 1946, y perteneció a la Academia Nacional de Historia, al Centro de Estudios Históricos-Militares del Perú y la Sociedad Geográfica de Lima.
MERCEDES CABELLO DE CARNONERA
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Mercedes Cabello de Carbonera |
Nace en la ciudad de Moquegua el 17 de febrero de 1842. Fue hija de Don Gregorio Cabello, viticultor que introdujo métodos franceses para elaborar vino en Moquegua y de Doña María Mercedes Llosa y Mendoza de Cabello. Su niñez y juventud transcurrieron en su tierra, viviendo en la solariega casona familiar de típico corte andaluz. “En una época hostil a la educación de la mujer, lee incansablemente en un metódico superarse diario. Se rebela contra el oscurantismo hispano hacia la mujer, que debía ser únicamente inspiración estática”. Su afición literaria se desarrolló desde temprana edad, escribiendo versos.
A los 20 años viajó a Lima donde después contrajo matrimonio con el médico Urbano Carbonera quedando viuda pocos años después, sin tener descendencia. En lima inicia su vida literaria desde 1868, cuando publica versos en revistas literarias como “Revista de Lima”, y el “Correo del Perú”, el más importante del momento; también colaboró con otra revistas como “La Alborada”, “La Perla del Rímac” , “La Bella Limeña”, “El Semanario del Pacífico”, “Recreo del Cusco”, “El Correo del París”, “Ilustración de Curazao”, “El Plata ilustrado”, “La Prensa Libre de Costa Rica”, “La Revista Literaria de Bogotá”, “La Habana Elegante”, “El Album Iberoamericano de Madrid”. Una intensa actividad literaria y fuertes vínculos con el extranjero; su seudónimo “Enriqueta Pradell” era famoso. Los artículos publicados con seudónimo o con su propio nombre eran polémicos por la forma nueva de enfocar los temas: “Influencia de la mujer en la civilización moderna (1874), asombró al colocar a la mujer en el mismo nivel del hombre en el avance del siglo; “La Poesía” ataca al versificador sólo de forma y no intérprete de la naturaleza; con “Estudio comparativo de la belleza e inteligencia de la mujer” y “Perfeccionamiento de la Educación y de la Condición Social de la Mujer” (1876) se convierte en una ferviente precusora del feminismo de nuestros actuales. Su ensayo “Influencia de las Bellas Artes en el Progreso Moral y Material de los pueblos”, le mereció la Medalla de Oro de la Municipalidad de Lima en 1884.
Sus grandes obras fueron: “Sacrificio y Recompensa”, ensayo novelado publicado en 1886, editándose 200 volúmenes que se agotaron rápidamente, mereciendo ser premiada con Medalla de Oro. En 1887 publicó en “La Nación de Lima” su segunda novela: “Los Amores de Hortensia”, luego fue “Eleodora”, novela corta publicada primero en Madrid y reproducida en Lima. De ellas se dice “....guardan aún rezagos modernistas, pero contienen ya la crítica social y las localizaciones realistas que caracterizan su arte novelístico....” En 1888 publicó “Blanca Sol”, su más claro éxito “..... algo semejante por su argumento a Madame Bovary de Flaubert y a “La de Bringas”, de Pérez Galdós”, por sus alusiones acaso demasiado transparentes a sucesos reales de la sociedad limeña, fue un progreso en su camino realista y produjo un alud de críticas....” pero fue redituada en 1889, 1890 y 1894. En 1889 da a publicidad “Las consecuencias”, considerada como una ampliación o ensayo modificado de “Eleodora”, y donde se presentan regresiones a la casa hacienda de Moquegua. Finalmente, en 1892 cierra su ciclo novelístico con “El Conspirador” considerado como “....acre censura de la sordidez política peruana y de la demagogia de los caudillos, llámese estos Cáceres o Piérola...” La trascendencia de su obra se refleja en la Medalla y Diploma en la Exposición de Chicago, y en la “Rosa de Oro” que recibió en el Certamen Hispano Americano de la Academia de Literatura. Por su obra “Novela Moderna” obtuvo el primer premio del Concurso Hispano americano de Ensayo de la Academia de Buenos Aires, en 1892.
“La reputación de la Señora Cabello es universal, muchas publicaciones del extranjero han honrado sus páginas publicando su retrato y dedicándole magníficos artículos. Entre las escritoras americanas es indudablemente una de las que cultiva la novela moderna con mayor y así se explica sus obras son reproducidas en todos los periódicos de los países de habla castellana y aún algunas se hayan traducido al portugués...” dice Enrique Guzmán y Valle. “....Aclimata el naturalismo en el Perú, intentando crudas descripciones zolescas de los vicios..:” anota Ventura García Calderón. Finamente anotaremos a Tauro del Pino que afirma : “Aunque las concepciones novelescas de Mercedes Cabello de Carbonera no se encuentran emancipadas de la influencia romántica, su realismo el leal a la apariencias objetivas de la vida social. Prescinde del paisaje y el medio, y apenas incide en las reacciones emocionales de sus personajes. Prefiere la descripción de las acciones, y el comentario a las condiciones generales de la realidad...”
Sin embargo, la vida de nuestra escritora no fue plácida; su pensamiento renovador, su empeño de reflejar sin hipocresías la realidad que la rodeaba, su impulsivo feminismo que era escandaloso para el siglo XIX, provocaron la reacción de los sectores conservadores, del clero de mentalidad oscurantista y de los viejos y aristocráticos escritores. Aprovechando su triunfo político debido a la revolución civil-demócrata del 1895, que llevó a la Presidencia a Nicolás de Piérola, y vengándose de las sátiras presentadas en “El Conspirador”, Juan de Arona,, Benjamín Cisneros y Clemente Palma, criticaron cruelmente a Mercedes Cabello, ridiculizándola sin piedad, en cuanto medio escrito se inclinó ante su prestigio y su influencia política-económica, logrando que nuestra primera gran novelista peruana sea aislada y condenada al ostracismo social, cerrándole sus puertas la sociedad y los círculos literarios capitalinos. La angustia que le provoca este aislamiento la perturba tan fuertemente que pierde la razón.
El 27 de Enero de 1900 fue internada en el manicomio del Cercado de Lima, quedando encerrada en un ambiente que no satisfacía ni las más mínimas necesidades de atención. En habitaciones sin luz, estrechos y húmedos pasadizos, paso sus últimos años de vida. En habitaciones sin luz, estrechos y húmedos pasadizos, pasó sus últimos años de vida, con la mente fuera de este mundo, viviendo con los fantásticos personajes que su locura creaba. Finalmente, murió el 12 de octubre de 1909 sin haber recuperado su brillante lucidez. Mercedes Cabello de Carbonera “se adelantó, puede decirse, a nuestro medio, pues su época no estaba preparada para estos senderos”, pese a ello es la más importante figura de la literatura del Perú del siglo XIX.
MARISCAL DOMINGO NIETO MARQUEZ
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Mariscal Domingo Nieto Márquez |
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No se puede precisar si el Gran Mariscal Domingo Nieto y Márquez nació en la misma ciudad de Moquegua, donde está la casa solariega de su familia paterna, o en su hacienda Chiribaya del olivar en el Valle de Ilo, o en el mismo puerto, donde se bautizó en la Parroquia de San Jerónimo el 15 de agosto de 1803. Sus padres fueron Don Francisco Nieto, pariente del Conde de Alastaya, y de doña María del Carmen Márquez. Se cree que nació 10 días antes de su bautizo.
Tenía 18 años cuando el Gral. Patriota Miller realizó su expedición al sur levantando el espíritu de independencia; ganado por estas ideas progresistas, se incorporó al ejército de Miller, junto con otros moqueguanos. A nieto le dieron el grado de Teniente en Junio de 1821. Participó en la Primera Expedición de Intermedios, luchando en las Batallas de Torata y Moquegua (19-21 de Enero 1823). “Intervino en la Batalla de Junín, el 16 de agosto de 1824, como Capitán del “Regimiento Húsares de Junín”; y en Ayacucho , le 9 de diciembre, con el mismo grado, actuando como edecán del general La Mar, que defendía el flanco izquierdo del ejército patriota, “mereciendo ser nombrado con especial mención en el parte...” Durante el sitio del Callao prestó servicios que le merecieron la medalla conmemorativa de la toma de Real Felipe.
El 30 de Octubre de 1828 contraía matrimonio con la bellísima dama trujillana doña María Asunción Solís y Martínez de Pinillos, perteneciente a la aristocracia del lugar. “Es en la Batalla del Portete de Tarqui contra Colombia, el 27 de febrero de 1829, cuando ocurrió un suceso con Nueto como protagonista, enfrentando a Camacaro, jefe colombiano del Regimiento “Cencero”. En el momento en que las tropas peruanas derrotadas en el Portete.. iban a ensarzarse en su último encuentro que decidiría el resultado de la acción; avanzó gallardo y gigantesco el Mayor Camacaro, primera lanza colombiana, y reto a duelo singular al paladín cualquiera que fuese, de las filas peruanas que quisiere medirse con él; y súbitamente surgió de nuestras filas, jinete en el famoso potro “El Negro”, una figura diminuta y airosa y, saludando con la lanza a su enorme contenedor, recogió el guante. Cuentan que fue tan fiera la primera arremetida, que Camacaro cayó de la silla con el pecho atravesado por el acero de Nieto..” Hoy la hoja de esa lanza es la moharra del asta que sostenía el estandarte de la Sociedad de Artesanos de Moquegua. Pero por conservación ha pasado a una vitrina de su museo.
Cuando se produce el derrocamiento del Presidente La Mar por ambiciones del General Gamarra, demuestra por primera vez, su vocación constitucionalista, oponiéndose rotundamente al golpe, mereciendo con justicia el sobrenombre de “Quijote de la Ley” Por su cerrada defensa de la legalidad constitucional en una época de anarquía, fue apresado por Salaverry el 22 de febrero de 1835, cuando se rebeló contra el gobierno legal de Orbegozo; preso Nieto, fue embarcado en la goleta “Peruviana” y enviado desterrada a Panamá. En la mañana del 25 de febrero de 1835, apoyado por cuatro partidarios tomo por sorpresa, mató a los oficiales, y se apoderó de la goleta, dirigiéndose hacia Huanchaco, para seguir la lucha por la constitucionalidad. Este es un relato de Fredy Denegri.
Compitió con Orbegozo en la elección congresal del Presidente de la República, elección que favoreció al trujillano, y al cual respetó como presidente legal. Su declaración franca: “El Perú no podrá variar sus formas de vida social por el influjo de las armas sino por las facultades ejercidas por los legítimos representantes a congreso, que es el campo donde se discuten las conveniencias y los intereses del bien público” le costó ser desterrado a Chile, por la Dictadura de Vivanco, en 1843. Pero logró desembarcar en Arica, para alzar el estandarte de la revolución defendiendo la constitución, se reúne con Castilla y formó la Junta de Gobierno de los Departamentos del Sur, de la cual fue su presidente durante 10 meses, en oposición a la dictadura vivanquista que domina Lima. Estableció su sede en Moquegua , ciudad que lo apoyó calurosamente; los adolescentes moqueguanos se incorporaron en masa a formar su ejército. Esperó al Gral. Guarda en Yunguyo y finalmente lo derrotó en la Batalla de San Antonio, el 28 de octubre de 1843, con la cual todo el sur quedó en su poder.
Estando en Cuzco, su antigua dolencia al hígado agudizó tanto que lo puso al borde la muerte; redactó su testamento y una Proclama a la Nación; y dice : “Moqueguanos si con vida pude acreditaros mi gratitud, constituyéndome e n custodio de vuestros derechos y en guardián de ese suelo que recibí el ser y en que vi la luz primera: deseo en mi muerte añadiros un testimonio más de mi filial respeto : -quiero que mis cenizas reposen allí mismo donde la providencia me concedió debelar a los enemigos de las libertades patrias; allí mismo donde la humanidad, la moderación y la clemencia de los vencedores de San Antonio se sobrepusieron al orgullo que inspira la victoria. No vagarán mis manos alrededor de vuestros hogares, ni llenarán de terror la fantasía de vuestras familias; empero el caminante leerá en mi humilde huesa la historia de un pueblo heroico; y el ambiciosos que intentara otra vez arrancar vuestras garantías, conocerá que no ha podido verificarlo sino conculcando mi cadáver frío.”
AMERCIO
GARIBALDI GHERSI
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Américo Garibaldi Ghersi |
Médico
cancerólogo y eminente investigador científico. Nace en el puerto
de Ilo el 15 de enero de 1893, Hijo de Don Gaetano Garibaldi y Doña
Rosa Ghersi. Realizó sus estudios superiores en la Universidad La
Sorbona, París, en 1913. También estudió en la Facultad de
Ciencias de Ruan y en el Instituto de Química Industrial de esta
ciudad. Ingresó a la Facultad de Medicina de París, en 1919,
obteniendo el Título de Médico Cirujano en 1923, con tesis
premiada. Trabajó en el laboratorio de Patología experimental del
Profesor Roger, Decano de la Facultad de Medicina parisienses;
también en el laboratorio de investigaciones de fisiología
experimental, con el Profesor Charles Richet; y en el Laboratorio de
Biología Experimental del Colegio de Francia. Se graduó de
Bachiller en Medicina en 1923, con la tesis “Insuficiencia tiroidea
e inmunidad”, laureada por la facultad de Medicina de París.
Presentó una nueva teoría sobre alergia endocrina a la Academia de
Ciencias de Paris, que la publicó en su boletín.
De
regreso al Perú, revalidó su título de Médico Cirujano en la
Facultad de Medicina, 1925; fue nombrado Catedrático de Farmacología
y Fisiopatología, entre 1925, presentando un nuevo procedimiento
para el diagnóstico serológico del embarazo y del cáncer, que le
sirvió para su grado de Doctor, obtenido en 1931. Viajó a Europa a
realizar estudios sobre malaria (1932-1934), trabajando en el
Instituto de Patología Exótica de Paris y el de Malariología de
Roma, publicando un nuevo método para el tratamiento de la malaria
1935. Fue comisionado por el gobierno peruano, 1936, para investigar
en EE.UU sobre el cáncer trabajando en Nueva York bajo el auspicio
del Instituto Rockefeller, descubriendo una vacuna inmunizante para
determinados tumores cancerosos. Por sus trabajos fue incorporado a
la Fordham University, siendo el primer cancerólogo que ingresó a
dicha institución. Para continuar sus trabajos de investigación
sobre el cáncer, la firma WestingHouse, le facilitó un aparato de
radioterapia, especialmente confeccionado.
La
muerte lo sorprendió en Nueva York el 21 de diciembre de 1938, a los
45 años, empeñado en perfeccionar la vacuna anticancerosa que había
descubierto. Entre sus principales trabajos de investigación
científica se citan: “Influencia de la tiro paratiroidectomía
sobre la formación de anticuerpos naturales-dosaje del poder
heterobremolítico del suero (Paris, 1920); “La alergia tiroidea
(Paris, 1923); “Principios y Técnicas de un nuevo método general
del sero diagnóstico” (1925); “La inmunidad antipalúdica.
Proyecciones terapéuticas y medicosociales del problema (1935);
“Mecanismo probable de la cancerización” (1936). Dejó
inconcluso “La inmunoterapia del cáncer a la luz del análisis
fisiopatológico y farmacodinámico”. Es considerado como uno de
los más inminentes cancerólogos de la Oncología Moderna. Sus
conclusiones, luego de grandes polémicas en la especialidad, tienen
aceptación mundial. En 1929 se casó con la dama moqueguana Rosa
Flores Córdoba.
AMPARO
BALUARTE CORNEJO DE ALVARADO
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Amparo Baluarte Cornejo |
Nacida
en el pueblo de Samegua el 24 de setiembre de 1920, hija de Don
Felipe Neri Baluarte ugarteche y de Doña María Encarnación
Cornejo, ambos moqueguanos. La familia se radicó en Lima cuando
Amparo contaba con 5 años de edad. Hizo sus estudios en el Colegio
de María Auxiliadora del Callao. Como la muerte de su padre dejara a
la familia en precaria situación, se empleó en el Ministerio de
Agricultura, donde trabajó por 25 años, con tal celo, que fue
elegida para desempeñar cargo de confianza, como es la Secretaría
del Ministerio.
Dedícase
también, a la creación poética y musical, “gracia que desde sus
años adolescenciales la había favorecido”; contrajo matrimonio
con el Profesor de Coros Escolares del Ministerio de Educación,
Ángel Alvarado Valdez, distinguido ejecutante de Laúd, flauta y
músico de fina sensibilidad con el cual ha compuesto himnos y
canciones escolares. Incursionó con singular éxito en la canción
criolla peruana, siendo autora de finos y delicados versos, que han
sido musicalizados por consagrados compositores nacionales. El vals
que más satisfacciones le ha deparado, se titula, “Secreto”, con
música de Francisco Reyes Pinglo, vals del cual hay 20 grabaciones
por los mejores intérpretes peruanos y también, del portorriqueño
Hernando Avilés del Trío Los Panchos. Otros valses inolvidables son
: “Nostalgia”, “Noche Criolla”, “no quiero recordar”,
“Así será mi suerte”, y las polcas: “Mañanitas”, “Mágica
Flor”, “Nido de Besos”. Otras canciones adjetivadas como de
exquisita factura romántica son: “Ausencia”, “Cielito”,
“Reina Mía” y el Bello vals “Separación”.
En un
unión con su esposo son autores del Himno de la Policía Escolar,
por lo que fueron premiados con Medalla de Oro del Rotary Club
Internacional. También es autora del Himno al Distrito de Breña,
mereciendo Diploma y Medalla de Oro en 1974. Ha ganado muchos
concursos literarios, destacando el logrado en Arlés (Francia) en
1972, por su Poemario “Cáliz de Amor”. Su obra figura en
antologías poéticas del Perú, Argentina, Uruguay, México,
Bolivia, Ecuador, República Dominicana y España. Perteneció a la
ANEA, la APDAYC y es fundadora del Círculo Literario y Artístico
Internacional del Perú (CLAIP), que tuvo 20 años de vida
institucional y fecunda labor de acercamiento e intercambio con
intelectuales y artistas de América y España, mediante un Boletín
Literario de su dirección.
Su
obra poética es abundante y de un corte romántico tan especial que
Enrique López Álvarez le canta : “Tu serás siempre aquella
princesita enamorada, y tu gracias y fantasía en los siglos vivirá,
porque llevas en tu encanto y en tu alma apasionada el suspenso que
fascina y que no terminará..” Sus obras publicadas son :
“Breviario Pasional “ (1952), “La Ruta Luminosa” (1958),
“Epistolario Lírico” (1993), “Amor” (1965), “Alma
Cancionera” (1967), “Cáliz de Amor” (1975), “Brevario
Pasional” (segunda edición 1971), “Lámpara Votiva” (1974),
“Flores del Alma” (1980). Hoy una Antología Poética, editada
por su esposo, después de su fallecimiento, compendia toda su obra
para un mejor estudio.
Gran
virtud de “Amparito” fue ser recitadora de “fina sensibilidad”,
por lo que recibió también muchos homenajes. Dos promociones del
Colegio Santa Fortunata llevan su nombre; su retrato está en la
Galería de Hijos Ilustres del Club Moquegua en Lima; la Sociedad de
Artesanos de Moquegua la nombró su “Socio Honorario” en 1980.
En su
residencia de Breña falleció el 20 de diciembre de 1992, pidiendo
venir a reposar a la tierra moqueguana. El Alcalde de Mrcal. Nieto
Prof. Hugo Quispe realizó todas las gestiones que permitieron la
llegada de sus restos para ser velados en el Salón Consistorial del
Municipio. La Sociedad de Artesanos en homenaje a su Socia Honoraria
la sepultó en su Mausoleo Institucional y en una ceremonia que contó
con la presencia de los más destacados artistas locales develó su
retrato en la Galería de Personajes Ilustres de su local, siendo
Presidente V. Casanova y padrinos el Alcalde Hugo Quispe.
En
1995 se formó un Comité Pro-Construcción del Mausoleo Amparo
Baluarte presidido por el Prof. Herberth de la Flor que logró su
objetivo de inaugurarlo y trasladar allí los restos de la poetisa
más importante de los tiempos contemporáneos que se autodescribe:
“Yo
nací para amar... Soy sensitiva,
no sé del interés ni del
capricho;
un ángel entre sueños, me lo ha dicho:
“Tu
corazón es hermoso, porque ignoras
la maldad, la mentira y los
rencores;
porque tu alma es un búcaro de flores
y un mundo de
ternuras atesoras....”
Un
nuevo homenaje a sus dones es la donación por parte de su esposo, de
diplomas, obras, medallas y algunos objetos personales, con los
cuales la “Sociedad de Artesanos Luz y Progreso” inauguró el 1
de abril de 1997 la “Sala Amparo Baluarte” al terminar su gestión
de Presidente Víctor Casanova Vélez, para que allí puedan
encontrar su alma:
“Ven,
aspira el perfume de mis flores
y bebe de mi fuente de agua
pura;
embriágate con vino de ternura
y goza del amor de mis
amores.
DANIEL
BECERRA OCAMPO
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Daniel Becerra Ocampo |
Nació
en la ciudad de Moquegua, el 27 de abril de 1872, hijo del agrimensor
Daniel Becerra y doña Celia Ocampo. Estudiante excelente del Colegio
La Libertad y el Colegio Guadalupe en Lima (1885-1891) Graduado como
médico cirujano en la Universidad de San Marcos, 1899.
Contrariamente a la tendencia de otros profesionales jóvenes, de
quedarse en la gran capital para ejercer su carrera, “dejó un
tentador y prometedor futuro que le ofrecía el ejercicio profesional
en la capital...” (Pinto V.). Regresó a su tierra para ejercer la
medicina y, la docencia ganado por su amor al terruño y el deseo de
impulsar su desarrollo; fue rescatado para trabajar en Moquegua por
Doña Águeda Vizcarra Vda. De Angulo que trajo al entonces joven
facultativo como médico de cabecera. Contrajo matrimonio con Doña
Isabel de la Flor, dama de antiguo linaje moqueguano, formando una
prolífica familia.
Fue
profesor del Colegio La Libertad, destacando por la calidad de sus
clases en ciencias; prestigiado, llegó a ser Director de este
Colegio. Médico Titular de Moquegua desde 1908, se afirma que fue :
“caritativo con la gente menos pudiente”, pero aún es polémica
su manera de tratar a la gente humilde. En 1919 tuvo que hacer frente
al azote de la epidemia de gripe “boliviana” que afectó la
ciudad durante dos trágicas semanas: fue uno de los primeros en
enfermar “más no era su hora” diariamente recorría casa por
casa “atendiendo a los enfermos y ordenando el levantamiento de
cadáveres” dice Pinto Vargas, que agrega : “Impecable en su
traje negro, alba la camisa y oscura corbata; zapatos de charol
terminados en fina punta, recubiertos con escarpines; y detrás de
sus redondos lentes con aros de oro, sus ojos escrutaban con
preocupación y lástima a los enfermos”. Director del Hospital de
Moquegua, mereció el título de “Benefactor de los Hospitales”,
en 1922, por su obra realizada en ellos.
Fundador
del Rotary Club de Moquegua. Presidente del Club Social Moquegua,
siendo por ello “el personaje social No. 1 de la ciudad de
Moquegua, marcando su accionar” según Kuon: a ello , Pinto Vargas
agrega: “Por cerca de medio siglo, la presencia de Becerra Ocampo
se dejó sentir tanto en la política como en la cultura, en la
enseñanza y en vida social y, de manera muy especial en todo aquello
relativo a los problemas de salud que confrontaba la ciudad y sus
habitantes...” Luis E. Valcárcel a visitar Moquegua por primera y
única vez en 1942 afirma “... ahí estaba el tío Daniel, flor de
caballeros, especie humana a punto de desaparecer, espejo de virtudes
tan difícil de encontrar...” Pero otros contemporáneos indican
que fomentó en la sociedad un orgulloso ambiente aristocrático,
cerrado y de estricta distancia social en las actividades públicas
de la ciudad, las reuniones sociales del Club Moquegua, y en el
Colegio La Libertad.
Propietario,
desde 1907 hasta su muerte, del Semanario “La Reforma”, mantuvo
una política periodístico de hacer campaña incansable por el
resurgimiento de Moquegua; buscaba detener el constante
empobrecimiento de su economía, nada comparable con la Moquegua
poderosa que conoció en sus años infantiles. “...En sus páginas
se dieron algunas memorables batallas por la libertad de información
en Moquegua; porque el progreso llegara a la entonces Provincia
Litoral y, también, porque en las autoridades políticas, siempre
transitorias y siempre fuereñas, la moralidad fuese una constante y
no una rara excepción..” escribe Pinto V. Muere en Lima el 4 de
agosto de 1947. Un colegio del Puerto de Ilo y otro en la ciudad de
Moquegua, honran su memoria como docente, llevando su nombre. El
colegio de Ilo, pulsado por su ejemplo adoptó como lema “Un
Becerrino, un Caballero”
CARLOS
ALBERTO VELÁSQUEZ
Nació
en la ciudad de Moquegua el 5 de abril de 1898, hijo de doña Josefa
Elisa Velásquez. Su padre era Carlos Lostanau periodista y muy
conocido en los círculos sociales de Moquegua; cuando ya era un
joven profesional, gracias a los desvelos de su madre. Don Carlos
Lostanau quiso reconocerlo como hijo legítimo y darle el apellido
que le correspondía, pero el joven lo rechazó, con mucho orgullo.
Estudiante excelente del colegio “La libertad”, postuló y obtuvo
la beca de Moquegua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones
en Lima. Titulado normalista, se le concedió una beca a Estados
Unidos para especializarse en Psicología, durante 4 años.
Fue
docente (1924) y luego director (1930) del Instituto Pedagógico
Nacional, cuando contaba con 32 años, estando allí hasta 1932.
Fundó en Lima “El Colegio Modelo” y “El Colegio Superior”,
que lograron éxito por la calidad de sus profesores. A través de la
“Revista Peruana de Educación”, dio a conocer ampliamente su
propuesta para introducir innovaciones didácticas aprendidas en su
Post Grado en el exterior.
Fue
Director Superior de Educación Técnica, desde 1956, en el gobierno
de Manuel Prado. Su labor docente fue premiada con la Palmas
Magisteriales. Falleció en Lima. El ex Instituto Nacional de Varones
de Ilo, perenniza su memoria. Y sus palabras tienen vivencia después
de 50 años “...aún no hemos edificado nuestra propia escuela
peruana, síntesis de las peculiaridades de nuestro pueblo...”.
Agregando: “... No olvidéis que el maestro es el mejor forjador de
conciencias cívicas....”.
HERBERTH
DE LA FLOR ANGULO
|
Hebert de la Flor Angulo |
Nació
en Moquegua el 24 de Agosto de 1918, hijo del matrimonio de Don.
Ricardo de la Flor y de Doña Amelia Angulo de De la Flor. Sus
estudios primarios los realizó en el Centro Escolar de varones 971
(Hoy Rafael Díaz), donde siendo alumno del 5to. Año, el Rotary Club
lo distinguió como “El mejor Amigo de Moquegua”. Estudió
secundaria en el Colegio La Libertad y Superior en la Universidad San
Agustín. Fue uno de los fundadores del Colegio Municipal Mixto
“Mariscal Nieto” de Ilo, que se instaló en 1960 con 1er. Año de
secundaria, sin aporte estatal, integrando el grupo de profesores sin
sueldo que lo atendió; hoy es el Colegio Daniel Becerra Ocampo.
Ha
organizado e intervenido como pianista y director de escenario en las
actuaciones culturales de los Colegios Santa Fortunata, Simón
Bolívar, así como de la ESEP José Carlos Mariátegui, y en cuanta
actuación literaria musical que se ha realizado en Moquegua en las
últimas tres décadas. Es autor de la letra del Himno a Moquegua,
estrenado en 1969, Ostenta el Título de “Socio Honorario” de la
Sociedad de Artesanos de Moquegua, por haber donado una corona de
pedrería que hoy luce santa Fortunata. Desempeñó el Magisterio,
durante 40 años, en el Colegio La Libertad, hoy Simón Bolívar y en
la ESEP José Carlos Mariátegui, mereciendo ser galardonado con las
“Palmas Magisteriales”, grado de Educador, en 1984.
Como
Regidor del Concejo, destacó por su constante preocupación por los
parques y jardines de la ciudad, lucían hermoso ornato y verdor,
mientras estaba encargado, los adornos del Parque de los Héroes, hoy
Plaza Cáceres son fruto de superocupación. Preside varias
organizaciones de bien social, encabezó el Comité Pro Mausoleo de
Amparo Boluarte.
“A
Moquegua la tierra querida,
hoy cantemos un himno viril,
y en
la historia su nombre perdure
por sus hijos, valor y lealtad.
JOSÉ
MANUEL UBALDE
|
Manuel Ubalde |
Benemérito
Prócer de la Independencia Nacional, nacido en entonces Villa de
Moquegua, e año 1766, hijo del Coronel. Simón Ubalde y de Rosa
Cevallos. Pasó al Cusco, donde estudió en el Colegio de San
Bernardo y en la Universidad San Antonio de Abad. Se traslada a Lima
completando sus estudios en el Convictorio de San Carlos, optando el
grado de Doctor en Leyes, en la Universidad de San Marcos,
recibiéndose de abogado. Con algún éxito ejerció la defensa ante
los tribunales de Lima, hasta que fue nombrado teniente asesor del
Presidente de la Real Audiencia del Cusco Conde Ruiz de Castila.
Regresó a la Ciudad Imperial, pero allí fue destituido de su cargo.
Se
encontró con el minero José Gabriel Aguilar iniciando conciliábulos
para organizar un levantamiento contra la dominación española y
cambiar el gobierno, Ubalde decía “...es lícito oponerse al
Gobierno cuando este declina en tirano o tuvo principios de
usurpación, más no cuando de esa oposición resulta un mayor
perjuicio a la comunidad que el que sufre por la opresión del
tirano...”. Ubalde no era un visionario, pero si un idealista
preocupado por los problemas socales del Perú”, afirma Luis Durand
Flores. Agrega: “Es la figura principal del movimiento
nacionalista. Sin la presencia de Ubalde, Aguilar hubiese seguido
siendo un inofensivo visionario”. Fue el ideólogo que hacía
realizable el conjunto de visiones de Aguilar; plantea o desea
“....la independencia pacífica, que no traiga mayores males a la
situación anterior.... quiere Ubalde seguir el camino de llevar al
trono a un descendiente de los incas, lo que, supuestamente evitaría
un derramamiento de sangre...”
Sus
confabulaciones fueron denunciadas al Oidor Berriozábal por Mariano
Lechuga, que se fingió adicto al movimiento, permitiendo que sean
sorprendidos por las autoridades. Reducidos todos los comprometidos a
prisión, fueron procesados, no permitiéndose a Ubalde defenderse,
pese a ser abogado. Sin defensa y comprobada su responsabilidad en la
concepción de los planes fue condenado a la última pena. Junto con
Aguilar fue ahorcado en la Plaza Mayor del Cusco el 5 de diciembre de
1805. El Congreso Constituyente del Perú, por acuerdo del 6 de julio
de 1823 declaró “Benemérito a la Patria” a este mártir
Moqueguano.
MARIANO
LINO URQUIETA
|
Mariano Lino Urquieta |
Preclaro
Tribuno nacido en la ciudad de Moquegua en un hogar de extracción
social humilde. Alfonso La Rosa en 1959 decía que nació el 23 de
setiembre de 1868, en momento en que la ciudad estaba en escombros
por el terremoto del 13 de agosto del mismo año. Don Luis Kuon
sostiene que según su partida de bautizo nació el 16 de setiembre
de 1865, pero por llevar el nombre de Lino, santo que es recordado el
23 de setiembre y teniendo en cuenta la costumbre española de
colocar el nombre sacado del santoral, su nacimiento es el 23 de este
mes. Fue hijo reconocido de Juan Urquieta, agricultor del Alto de la
Villa y de Petrona Ampuero.
Estudió
en la escuela de San Francisco; “fue un muchacho de organismo
frágil, de salud quebrantada y en cambio, de espíritu colosal y
asombrosa inteligencia”. Por ello siguió la secundaria en el
Colegio “La Libertad”, donde a pesar de su condición humilde y
los desplantes de sus compañeros provenientes de familias pudientes,
pudo terminar sus estudios exitosamente, robándole horas al
descanso, estudiando en el balcón de su casa (calle Moquegua 817),
aprovechando la luna llena. De esta etapa A. LA Rosa agrega : “la
madre amorosísima debe adoptar, así lo prescriben los médicos, la
rígida decisión de privarle de los estudios. El muchacho está
enfermo y la pobreza hunde sus garras en el hogar desamparado...”
Pero es evidente que en ellas, e afina y exalta una voluntad de
marfil y una sensibilidad social superior, que serían sus rasgos
caracterológicos vitales”.
Su
innata inteligencia e indomable voluntad lo impulsaron al progreso, y
la pobreza de su hogar no fue impedimento para viajar a Lima e
ingresar brillantemente a la Escuela de Medicina de San Fernando,
impresionando al jurado. El 7 de octubre de 1885, siendo estudiante
del primer año de medicina, pronunció su discurso consagratorio
como orador, con la oración fúnebre de homenaje durante el entierro
del mártir Daniel Alcides Carrión. Distinguido estudiante de
medicina,”figura pequeña y débil que escondía su cuerpo enjuto
en una humilde y lustrosa vestimenta”, culminó su carrera en 1892,
graduándose con la tesis “Neuralgias directas y reflejas de origen
intestinal”, recibiendo el Título de Médico en 1893.
Rechazó
prometedoras oportunidades de trabajo en Lima y regresa a su tierra
con el fin de cumplir su gran vocación: “de aliviar a los que
sufren y esperan; a las mayorías que constituyen la humanidad
doliente y esperanzada” de su tierra, por la que se siente atraído
y a la que ama entrañablemente, pese a que en ella vivó pobre. De
esta etapa de estadía en Moquegua, Kuón dice: “Cumplió a
cabalidad su juramento hipocrático, aliviando y curando las
dolencias físicas de sus enfermos con la eficacia de sus
prescripciones, y en muchos casos con su generosa ayuda, costeando
sus medicinas...”. Ingresó como socio de la Sociedad de Artesanos
“Luz y Progreso”, en Agosto de 1896, propuesto por don Ricardo de
la Flor, para cumplir con los objetivos de esta benemérita
institución dando auxilios gratuitos a los socios menos pudientes;
en esta labor asombró con una operación exitosa de reconstrucción
de mandíbula, en un caso rechazado por los demás médicos. Su
consultorio estaba en la calle Moquegua 105 en la Nueva Botica
Italiana de la familia Sánchez Moreno; su especialidad era partos y
enfermedades del pulmón.
En
Moquegua fundó el periódico “La Libertad”, donde expresaba su
pensar liberal y anticlerical, lo que le valió la hostilidad de la
conservadora clase dominante de Moquegua, expresada en ácidas e
insultantes críticas en otros diarios locales. En 1900 eran los años
de la República Aristocrática donde dominaba el Partido Civil;
mientras que en Moquegua era el feudo de los Barrios cuando Manuel
Camilo Barrios era el poderoso senador local. Hostilizado, se retiró
a Arequipa en 1900, donde se estableció y fundó otro periódico “El
Ariete”; organizó el núcleo arequipeño del Partido Liberal,
desde donde inició la tarea de “....renovar las ideas del medio en
que vivía; combatir la intolerancia e inyectar oxígeno en el
ambiente de sótano de la ciudad mistiana para ponerla a tono con el
siglo; y de esa manera la pequeña y anticuada Moquegua hizo marchar
por las nuevas sendas a la orgullosa Arequipa ....” dice L. Alayza
y Paz Soldán. Exiliado por el civilismo moqueguano, Arequipa lo
consagró como su Diputado para el período 1908-1912.
Su
gestión parlamentaria se hizo notable al defender la autonomía
universitaria y el cogobierno con anterioridad a la Reforma
Universitaria derivada del “Grito de Córdova”. Urquieta dice :
“... Si la Universidad no la componen únicamente el Rector y los
Catedráticos, sino que es parte integrante sine qua non el personal
de los estudiantes, yo no alcanzo a ver la razón de dar
representación, voz y voto a los catedráticos y negar esa misma
representación a los alumnos”. Abogó por la creación del
Ministerio de Trabajo que resuelva las condiciones de trabajo de
mujeres y niños. Propugnó la Reforma Agraria y el crédito agrario.
Defendió la industria vitivinícola nacional al pedir fuertes
impuestos a los licores importados. Propició la democratización de
la enseñanza, multiplicación de bibliotecas y creación de escuelas
normales. Defendió la independencia del Poder Judicial; es precursor
de la simplificación administrativa; la absoluta libertad de prensa;
la autonomía municipal. Todo esto formando un programa integral, que
lo presenta como u político visionario y revolucionario, siendo el
precursor de todas estas leyes acertadas que se promulgaron años
después.
Siempre
se preocupó por su tierra, a pesar que no la representaba en el
Parlamento; en carta al Presidente de la Sociedad de Artesanos del 20
de Julio de 1910, ofrece sus servicios “para todo lo que pueda
contribuir a la mejor realización de sus nobles fines”. La
Sociedad nunca lo olvidó. En 1915 postuló a una diputación por
Moquegua, “no obstante la seguridad de obtenerla fácilmente por
Arequipa, de donde había sido diputado sobresaliente, y ,
departamento por el cual su nombre asumía caracteres
mitológicos...”, pudiendo haber sido el mejor profeta de su
tierra. Pero no lo dejaron; “El pueblo de Moquegua hubo de ser
derrotado por una combinación de apellidos (rimbombantes) y dinero”.
Debe
salir abatido “pero no vencido”. Sus desventurados episodios en
Moquegua no lo empujaron a la amargura ni al resentimiento, porque
siempre amó entrañablemente a su tierra; dijo:
“Me
rasgo el pecho, me arranco el corazón,
me inclino a la tierra
donde nací, me
arrodillo y la beso”.
El
dolor que le produce su retiro forzado de la tierra querida lo plasma
en la letra de un popular yaraví, hoy el símbolo de Arequipa,
expresando sus sentimientos a su tierra, ingrata en ese momento:
“Ya
me voy a una tierra lejana
a un país donde nadie me espera
donde
nadie sepa que yo muera
donde nadie me llorará.
¡Ay que lejos
me lleva el destino,
como hoja que el viento arrebata,
¡Ay de
mí tu no sabes ingrata (Moquegua)
lo que sufre este fiel corazón
¡..
Bajaré silencioso a la tumba
a embargar mi perdido
sosiego,
de rodillas mi bien te lo ruego
que a lo menos te
acuerdes de mi”
Elegido
Senador por Arequipa desde 1917 hasta 1919, en que el golpe de estado
provocado por Leguía disuelve el Congreso. Urquieta regresa a
Arequipa ya retirado de la política. Combatiendo una epidemia de
tifus exantemático, adquiere el mal, falleciendo el 14 de agosto de
1920, antes de cumplir 55 años de edad. Arequipa enlutada lloró
acongojada la pérdida de su “padre” y en imponente manifestación
de dolor popular, sepultó sus restos el 16 de agosto de 1920, donde
Moquegua estuvo representada por la Sociedad de Artesanos y por
Atilio Minuto.
En
su tumba se lee: “Fue todo corazón y el corazón lo mató”
Urquieta,
el Moqueguano que no se doblegó ante la pobreza a la juventud le
dice:
“
...la rebeldía, el carácter levantisco y altivo es y
debe ser
siempre atributo inseparable de la juventud.
Esa rebeldía es
engendradora de muchas virtudes
y salvaguardia de la dignidad
humana contra las
acechanzas y tentaciones de la abyección....
Rebeldes
son todos los que conquistan el bien de sus
semejantes,
sublevándose contra la impotencia y la ignorancia
de
sus contemporáneos; rebeldes los que desafían las
tiranías
de la naturaleza o los despotismos de los
protervos, para alcanzar
la redención de los resignados ...
para rehabilitar la dignidad
del hombre y enmendar los
rumbos de la historia.....”